Si la duda es si utilizar un cargador sencillo de los que se conectan a un enchufe de casa o instalar uno más completo en el garaje, para mi está claro: yo instalaría un cargador de pared (wallbox) en el garaje.
Los dos te van a suministrar una corriente parecida, alrededor de 16A-20A, pero el de pared tendrá una instalación eléctrica propia, independiente de la de la casa (aunque ambas nazcan en el mismo contador).
Normalmente el conductor que se utiliza para la instalación del cargador de pared es de mayor sección (10mm2), para que pueda circular más corriente sin que se caliente.
En la casa, la instalación probablemente te aguante los 4kW de la carga en un enchufe, pero es como conectar 2 calefactores de 2KW en el mismo enchufe: yo no lo haría ya que con corrientes y potencias tan elevadas los conductores de la instalación doméstica y el propio enchufe se calientan y sufren. Desde mi punto de vista, el cargador de enchfue es una solución de emergencia.
En cuanto al cargador de pared, están prácticamente vacíos ya que la electrónica que realiza la carga de la batería en corriente alterna va embarcada en el vehículo. En realidad, la red monofásica del garaje queda conectada directamente a la electrónica del coche a través del conector Mennekes (o tipo 2). La función del cargador es únicamente decirle al vehículo el valor de la corriente máxima de carga en tu instalación, avisarle de que el cable está conectado, avisarle de cuando se está desconectando el conector, y poco más.
Así que lo importante en este caso es ver qué prestaciones te da: conexión LTE, WiFi, si el horario de carga es programable, si mide la energía (kWh) que has transferido a la batería, etc.
Por cierto, si lo vas a instalar, que te lo haga un instalador autorizado, para pedir el Plan Moves III, que te cubre el 70% de cargador e instalación. El precio ronda los 1200-1800€ dependiendo de las prestaciones, sección del conductor utilizado, rearme automático, etc.